Manifiesto

Es necesario recuperar la esencia de las luchas protagonizadas en vida del dictador y en los primeros años del postfranquismo.
Los poderosos fueron incapaces de ahogar aquellos gritos que exigían LIBERTAD y DEMOCRACIA, a base de golpes, de pelotazos, “Cristoreyes” y demagógica verborrea barata.
Con el paso de los años, hemos caído en la laxitud y la autocomplacencia pensando que todo estaba hecho.
Hemos hipotecado nuestro futuro y el de nuestros hijos dejándolo en manos de especuladores bancarios, políticos advenedizos y toda clase de corruptos profesionales del mangoneo y del amiguismo.
Hemos estado sumidos, durante mucho tiempo, en un estado de adormecimiento total.
Ahora cuando la pobreza, el desempleo, la precariedad laboral, el hambre y la desigualdad deja en evidencia la agonía del estado de bienestar es el momento de despertar, de manifestarse, de volver a GRITAR, a manifestar nuestro total desacuerdo con esta sociedad en la que el corrupto, el estafador, el prevaricador, el que se aprovecha de su estatus de nacimiento o parentesco, el pederasta amparado por ciertas jerarquías eclesiásticas, el defraudador millonario, el sindicalista de restaurante, etc. no son juzgado con JUSTICIA, porque la Justicia que es injusta con el débil y con el pobre, es magnánima con quienes pueden comprarla.
Ejercer en LIBERTAD y DEMOCRACIA no se trata de votar cada cuatro años, se trata de fiscalizar cada céntimo, de exigir responsabilidades, de no permitir que nadie se enriquezca en el ejercicio de la función pública, que la JUSTICIA sea justa y no ampare con su enfermiza lentitud la corrupción de políticos indecentes, especuladores bancarios, pederasta con alzacuellos, ni empresarios sinvergüenzas.
Hablamos mucho, quizás demasiado y hacemos poco o casi nada.
Las mujeres y los jubilados ya han iniciado esta rebelión. Volvamos a la calle unidos y solidarios para recuperar lo que hemos perdido y reclamemos los derechos que nos han robado mediante el chantaje y el miedo.

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