Resaca festiva
Observo un esperpento de realidad en las calles de mi pueblo, tras la primera noche de fiestas, cuando salgo de casa, con las primeras luces del sábado, a pasear la mañana con Kira. Enrojecidos ojos de sueño implorando urgentemente descanso. Miradas perdidas en algunas galaxias muy, muy lejanas. Traspiés provocados por inexistentes obstáculos físicos. Risotadas imbéciles, propias de quienes han perdido el juicio. Palabras incoherentes, pronunciadas con estridencia, destinadas a un oyente imaginario. Cuerpos desmadejados, ocupando espacios inadecuados para el descanso. Falsas promesas de amor eterno entre adolescentes que se besan, que se abrazan buscando calor, como si no hubiera un mañana, arropados por las sombras de un amanecer de claroscuros. Insultos blasfemos entre amigos de toda la vida, provocados...