La línea imperceptible
Existe una imperceptible línea delimitando la frontera entre el cielo y el mar, allá en el horizonte.
Del mismo modo, hay un instante en que las emociones que te envuelven sufren una mutación espontánea. Algo, hasta entonces adormecido, despierta, se despereza y emerge con fuerza.
No existe un único detonante que provoque este repentino despertar. Una melodía, un abrazo, una frase, un amanecer, una imagen, un paisaje, el sonido del mar, una mirada, el susurrar de las hojas, un verso, una sonrisa, la noche, un sueño.
Enumerarlas todas es absolutamente imposible.
Las posibilidades son infinitas porque cada persona las percibe de diferente modo y se pueden mezclar entre ellas.
De alguno de estos destellos inesperados es posible que nazca una relación de amistad, de compromiso o de amor.
Del mismo modo, hay un instante en que las emociones que te envuelven sufren una mutación espontánea. Algo, hasta entonces adormecido, despierta, se despereza y emerge con fuerza.
No existe un único detonante que provoque este repentino despertar. Una melodía, un abrazo, una frase, un amanecer, una imagen, un paisaje, el sonido del mar, una mirada, el susurrar de las hojas, un verso, una sonrisa, la noche, un sueño.
Enumerarlas todas es absolutamente imposible.
Las posibilidades son infinitas porque cada persona las percibe de diferente modo y se pueden mezclar entre ellas.
De alguno de estos destellos inesperados es posible que nazca una relación de amistad, de compromiso o de amor.
Comentarios
Sin embargo se percibe...verdad que no siempre, pero mucho a veces!