Nunca caminaré solo

Si creyese en la fatalidad del destino, 
juraría que se ha empeñado en derrotarme, 
colocando en mi caminar toda suerte de obstáculos. 
Y abrumado por la tristeza, el desánimo y la melancolía, 
me sentaría a un lado del camino, 
me despojaría de mi mochila cargada de ilusiones y deseos, 
soltaría las hebillas de mis sandalias peregrinas 
y esperaría, falto de motivaciones,
la llegada de la nada.
Pero la fatalidad sólo existe en las antiguas tragedias griegas 
y soy yo quien elije la suerte de mi destino 
cuando decido actuar 
de una determinada manera 
ante las dudas y las dificultades que surgen. 
En este viaje no estaré solo. 
Siempre encontraré alguien con quien compartir 
las alegrías y las desdichas del camino. 
No importa cuanto tiempo ni cuanto recorrido.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Confusión