Presagios
Observo a mi alrededor
un estado de euforia generalizada,
mezcla de verdades, mentiras,
deseos, esperanzas y
un elevado grado de alcohol.
Siento como agoniza el año que termina,
mientras me preparo para el parto
del que está a punto de llegar.
Miro hacia atrás
con la vista puesta en todos los futuros,
lejanos e inmediatos.
Recuerdo recuerdos anclados en el corazón.
Recuerdos dolorosos algunos,
que arrojo sin pena en el pozo de la nada.
A pesar de todo y de todos,
la suerte está de mi lado,
aunque haya decidido marchar lejos de casa.
Entre todas las voces
en esta Babel
anodina y perversa,
reconozco alguna, algunas
que me hacen sonreír,
que rompen maleficios
nacidos de la inoportunidad de la ausencia,
que me susurran que todo llega a su tiempo,
que no debo buscar atajos,
que el camino tiene que sentir cada pisada.
Cuando cruce el puente
entre el pasado y el porvenir,
el presente me dará la mano y
me enseñará que más allá del horizonte
se juntan todos los caminos,
se encuentran todas las mareas.
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